Según la legislación vigente, las reparaciones de un vehículo a motor tienen una garantía de tres meses o dos mil kilómetros recorridos, es decir, lo que antes suceda. La pieza nueva instalada tendrá además el plazo de garantía general de dos años contra defectos de fabricación, lo que no incluye desgaste que se considere normal de las mismas debido al tipo de uso que especifique el fabricante.
Dentro del plazo de garantía, la pieza puede ser reemplazada, reparada o reembolsada, según indique el fabricante, que es en todo caso quien tiene la última palabra.
Fuera de ese plazo (el estipulado por el fabricante) la pieza no será reembolsada ni cambiada bajo los términos de garantía y será considerada como una nueva reparación.
Esta garantía no incluye daños por desgastes por funcionamiento ni debidos a manipulación por parte de terceros.
En la factura han de figurar estos parámetros. Cualquier pieza susceptible de haber sido manipulada fuera del taller pierde automáticamente la garantía.